Los diez mejores libros leídos en 2010 (Aileen)

Sábado 1 de Enero. Cuatro de la tarde. Para todos aquellos que, como yo, acaban de despertarse después de casi atragantarse con esas uvas traviesas, ¡feliz 2011! Y he aquí los maravillosos libros que consiguieron echarme el lazo en este fatídico año. ¿Preferencia? Ninguna. Eso sí, recomiendo todos y cada uno de ellos. 

Perdona si te llamo amor: Niki y Alex, Alex y Niki. Una perfecta y divertida historia de amor en la que la edad está excluida de su juego. Con ese título no pude resistirme y, luego, al ver la portada, menos. Así que lo cogí todavía dudosa, no soy yo de leer muchos libros de temática realista, y me encontré de pronto en un mundo lleno de risas por parte de Niki y de preocupaciones que incitan a dolores de cabeza por parte de Alex. Me sorprendió cómo encajaban uno con el otro, a pesar de ser tan diferentes y, al igual que ambos, me enamoré, pero del libro. 

Los Juegos del Hambre: ¿Qué decir que no resulte obvio al hablar de esta impresionante trilogía? Son muy pocos los que todavía no han dado con Katniss y Peeta, así que, si pertenecéis a esa diminuta minoría, por favor, no tengo ni idea de a lo que estáis esperando, corred a la librería más cercana porque estos son unos libros que vais a recordar durante muchísimo tiempo.

Traición: Dos clases sociales en el futuro de la Tierra. Era muy difícil que con sólo esa frase no me picase el gusanillo de la curiosidad. Una pena que su segunda parte este entre los últimos puestos de una larga cola de libros pendientes.

A 3 metros sobre el cielo: Fue en este libro cuando me di cuenta de que a Moccia le gusta dejarlo todo para el final. Lo cogí ilusionadísima y lo dejé igual de emocionada, eso sí, con lágrimas en los ojos. ¿La segunda parte? Pues, de momento, un rollo, he tenido que apartarla y leer otra cosa porque me dormía. De todos modos, espero verme pronto con Step de nuevo porque, según mis teorías, si quieres disfrutar de Moccia, tienes que llegar hasta el final.

Graceling: El primer libro de una autora. Una tierra donde habitan seres especiales, donde la muerte es algo rutinario y donde algo misterioso ocurre a espaldas de un rey. O, en fin, lo que es lo mismo: un libro ideal para mí. Seguramente lo que más adoré de esta novela fueron sus personajes, tan detallados y bien definidos que podría contaros hasta el más íntimo de sus secretos.


Posdata: Te amo: Porque estoy segura de que llorar es bueno para la salud. Al principio no me atrevía a cogerlo, no es que sea yo muy sentimentaloide, y no quería que al leer un libro como éste no sintiese las emociones de la protagonista, pero qué equivocada estaba, nunca he soltado más lágrimas con un libro. Si tuviese que recomendar una verdadera historia de amor, sin duda sería la de Holly y Gerry.

Frío: No tengo mucho que decir sobre esta novela. El tema que figura entre sus páginas me llamaba un montón y, además, a esa portada no hay quién se resista. Cuál fue mi sorpresa al descubrir la forma de narrar los hechos de la autora: alucinante.

El nombre del viento: Decepcionante a ratos, otras veces increíblemente trepidante. A un libro que se tardó en escribir catorce años no se le puede decir que no, y menos si te lo están restregando por la cara todo el santísimo día (va por ti, Hermochi ;D). Sin duda no era lo que yo esperaba encontrar, sin embargo, a cambio, me sumergí en una historia a la que todavía estoy esperando ansiosa una continuación.

El Ciclo de la Luna Roja (La Cosecha de Samhein y Los Hijos de las Tinieblas): Si el primer libro me dejó con la boca abierta, con el segundo se me quedó la mandíbula colgando. Doce personajes que luchan por sobrevivir en una ciudad que lo único que quiere es eliminarlos. Aaaah, si es que da gusto oír ese resumencito.