Frío, Laurie Halse Anderson

Título: Frío

Título original: Wintergirls

Autora: Laurie Halse Anderson

Año: 2010

Editorial: Roca Editorial

Páginas: 233

Sinopsis: 

No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer. No debo comer.

Lia se repite constantemente que no debe comer. En su vida sólo hay sitio para contar las calorías, para hacer ejercicio cuando la han obligado a ingerir una cantidad de alimentos que ella considera excesiva. Siempre. Pero ahora su amiga Cassie, con quién llegó al terrible pacto de convertirse en la más delgada del instituto, ha muerto y la persigue en sus sueños, porque se la quiere llevar con ella, no quiere estar sola al otro lado…

Lia tiene una oportunidad, puede coger la mano de aquellos que se la ofrecen: sus padres, su hermana pequeña, puede aceptar el consejo de los médicos, pero no será hasta que haya tocado fondo que pueda recobrar la ilusión por una vida que se le escapa de las manos.

Anderson arroja luz sobre un mundo oscuro pero absolutamente real.

Booklist, lectura recomendada

Bonito, desgarrador y lleno de esperanza.

Melina Marchetta 

Reseña:

Lia, o lo que queda de ella, sufre anorexia, la palabra tabú. Cuenta cada una de las calorías que la obligan a ingerir y no se rinde a la hora de comer. Ha sido ingresada dos veces en un hospital por su falta de nutrientes, pero ella, entre trampas y jugarretas, logra salir de allí y engañar a todos los que la rodean con platos calientes en las manos.

Un día, Cassie, su mejor amiga, muere en un motel por causas desconocidas. Había escapado de casa el día de Acción de Gracias y sus padres no la habían vuelto a ver. Nadie le quiere decir nada a Lia, ni cómo murió, ni porqué se escapó… Mientras tanto, Lia se pone la máscara de la culpa y se pregunta porqué no cogió el teléfono aquella noche. La noche en que Cassie murió.

Con treinta y tres llamadas en su buzón de voz y una hermana pequeña que la adora, Lia sigue realizando todas las acciones posibles para que su peso disminuya. Cassie aparece en ocasiones, alentándola a seguir. Y cuando los 38,5 kilos deseados no son suficientes, Lia se da cuenta de que no podrá parar hasta que en la báscula aparezca el número cero.

 

 Desde el primer momento, Frío nos atrae con una espléndida portada que nada más verla llama la atención.

Después, la sinopsis nos hipnotiza, y ya que se habla de un tema tan actual del que sabemos tampoco, pensamos: venga, ¿porqué no?

Opinión personal:

  

Adoro la técnica que utiliza Laurie Halse Anderson para narrar la historia a través de los ojos de Lia. Si bien hay ocasiones en las que la confusión lo ocupa todo, la forma de contar los sucesos es increíble.

Nos muestra cómo Lia deshecha sus verdaderos deseos y antepone lo que ella cree que es lo mejor.

“Podría comerme la caja entera probablemente ni si quiera llene el tazón.”

“Soy lo bastante fuerte para hacer esto el aroma de las patatas es delicioso mantenerme fuerte, vacía, vacía, el aroma de las patatas fuerte/vacía/fuerte/respira/finge/espera.”

Cómo recuerda su pasado como algo bonito, como algo que ya no podrá volver a tener jamás.

“Cuando era un chica de verdad, mi madre me alimentaba con sus sueños de cristal, una cucharada cada cierto tiempo.”

Cómo es capaz de resistir la tentación y analizar la comida de un modo que llega a resultar enfermizo.

“En mi coche me tomo un refresco Light (0) + una lechuga (15) + 8 cucharadas de salsa (40) + un huevo blanco cocido (16) = almuerzo (71).”

En definitiva, Frío es un libro que nos hace reflexionar y ponernos en el lugar de este tipo de personas. Crea dudas y nos obliga a pensar diferentes resultados, sólo quiero avisar de una cosa: ¡CUIDADO CON EL FINAL!

Debo decir que he aprendido mucho leyendo esta novela, y que en absoluto me arrepiento de haberla comprado. Sin duda, le echaré otro vistazo cuando pueda.

Puntuaciones:  

Escritura: 

Personajes:

Trama: 

 

Título: 

Portada:

Final:

Nota Final:

Bueno, hoy no traigo ni entrevistas ni primeros capítulos, pero os traigo esta cita de Frío que adoro sobre todas las cosas:

¿Por qué? ¿Quieres saber por qué?

Entra en una cabina bronceadora y fríete durante dos o tres días. Cuando las ampollas de tu piel hayan estallado y te hayas descamado, retuércete en sal gorda y después ponte ropa interior cosida con hilo de cristal y alambre de cuchillas. Vístete con tu ropa habitual, siempre y cuando te vaya estrecha.

Fuma pólvora y ve al instituto, para brincar entre aros, siéntate y suplica, cumple las órdenes. Escucha los murmullos que se cuelan en tu cabeza por la noche, llamándote fea y gorda y estúpida y puta y zorra y lo peor de todo, “una decepción”. Vomitas y te mueres de hambre y te cortas y bebes porque necesitas un anestésico y eso funciona. Durante un rato. Pero entonces el anestésico se convierte en veneno y para entonces ya es demasiado tarde porque ya estás colocada hasta el alma. Te está pudriendo por dentro pero no puedes parar.

Te miras en el espejo y sólo ves un fantasma. Oyes gritar a cada latido de tu corazón y todo-absolutamente-todo está mal.

“¿Por qué?”, no es la pregunta correcta.

Pregúntate, “¿Por qué no?”

¿Con ganas de leer el libro?