¡Que viene el lobo!

Remus John Lupin, cuyo significado tiene mucho que ver con el latín (Remus: Remo // Lupin: Lobo) es, sin duda, uno de mis personajes favoritos.

Pero, aunque no pueda, intentaré ser objetiva. (No os prometo nada)

Según lo que ya se ha vuelto una costumbre, vuelvo con otro día de retraso (esta vez es una falta justificada), con uno de los personajes más relevantes y maravillosos de la saga del niño mago.

Es uno de los mejores amigos de James Potter, que junto con Colagusano y Sirius, le llamaban Lunático debido a diversos sucesos…

Diversos sucesos que esta vez debo contar:

De niño, fue mordido y convertido en licántropo por Fenrir Greyback, al que odia profundamente por lo que le hizo (yo también). Estudió en Hogwarts en la casa de Gryffindor y, en compañía de los amigos que ya he nombrado antes, formó los merodeadores. Así, los cuatro aprendieron a transformarse en varios animales para, en las noches de luna llena, acompañar a Remus a La Casa de los Gritos y que no pasase la velada solo, el pobrecito.

Para ello, se plantó el Sauce Boxeador, que ocultaba un túnel mediante el cuál se llegaba a La Casa de los Gritos sin ser descubierto.

Y es que a ver, ¿para qué si no hay en un colegio plantado un sauce gigante que te puede dar una paliza si te acercas? ¡Pues para ocultar un túnel, claro que sí! ¡Ni trampillas, ni puertas secretas! ¡Un árbol que se mueva!

En fin, serán cosas de magos, supongo…

Remus Lupin formó parte de La Orden del Fénix (of course) y, durante el tercer curso de Harry, Albus lo contrató como Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras en Hogwarts. En ese año, Remus enseñó a Harry (ejem, porque Harry es Harry, nada de favoritismos) a usar el “Patronus”, un hechizo de defensa contra los dementores.

Y luego está toda esa historia que se montó el profesor Lupin en su cabeza canina. Que si Sirius había matado a Peter Pettigrew. Que si había sido él quién había desvelado el paradero del matrimonio Potter al Señor Tenebroso.

¡Que no te enteras, Remus!

Pero al final sí que se entera, tras su encuentro con Hermione, Harry, Ron, un perro gigante que resulta ser Sirius, Peter Pettigrew y… ¡Snape! Que siempre está ahí, aunque no nos demos cuenta.

Ahora mismo está leyendo esto a tu lado. No, no te gires. No tiene sentido.

Bueno, después de ese episodio en el que se resolvieron muchas cosas, quizás demasiadas para enterarse en una sola lectura, Remus renuncia al puesto de Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras y vuelve a la Orden del Fénix.

Harry Potter y el Cáliz de Fuego. Harry Potter y la Orden del Fénix. Harry Potter y el Misterio del Príncipe Mestizo. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Harry Potter y…

¡No! ¡Que me paso!

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.

Ahí tenemos de nuevo a Remus que, dejando al niño (Ted Lupin) con la abuela, lucha valientemente en la Segunda Guerra Mágica junto a su esposa, Nyphamdora Tonks (¡un hurra por ella!), y muere asesinado por Dolohov, un #@!* mortífago no pienso llorar, no pienso llorar, pero muere luchando.

Sí, lo estáis adivinando, yo fui de las que lloré.  

 

Y ahí se acaba mi texto sobre Remus Lupin, porque… ejem… está muerto.

¡El actor, el actor!

En las películas es interpretado por David Thewlis.

Sí.

No hay más.

Para compensar esa frase tan seca os dejo esto, y ya de paso me despido: ¡Chao!

"Estaba tocando la intolerancia cuando creé al profesor Lupin, que tiene una condición contagiosa, lo que provoca que la gente le tema; y de verdad que me gustaba Lupin como personaje porque es alguien que también tiene un defecto, porque a pesar de ser un maravilloso profesor y un hombre maravilloso, le gusta ser querido"  

J.K. Rowling