Besos con sabor a sal, lágrimas que huelen a azúcar (Aileen)

...La más tierna de aquellas miradas de acero, la más débil de esas furiosas tormentas, el más dulce de todos los besos amargos… Pero sólo un nombre, una palabra, Aileen, pero mis amigos me llaman Ail…

¿Yo? Soy la brisa que mece las olas sin mojarse los dedos, la criatura que despierta despeinada, y sonríe a su reflejo. Soy yo la escritora de historias que encierran secretos de nubes de caramelo, la sombra que acoge a los que no quieren perecer en un mundo de fuegos y temores. Fui la novela romántica que enseñó a las personas lo qué es realmente el amor verdadero y también la farola en medio del bosque encantado cuya imagen demostró al mundo que aún existe un lugar al otro lado del espejo… Pero, tranquilo, solo soy una palabra…

Siempre soñando con llegar más allá del sol naciente, aprendiendo que a algunas preguntas no les hace falta respuesta, congelando recuerdos en papel mediante los clicks de las cámaras de cristal.

Me gusta escuchar el repiqueteo de las gotitas contra mi ventana los días de lluvia, asomar tímidamente la cabeza desde debajo del edredón, jugar con mis historias al parchís, y el olor a vainilla, adoro el olor a vainilla.

Dentro de una casa con paredes de fantasía, veo como pasa el mundo a mí alrededor. Me encantan las notas musicales, las sonrisas, los besos y las caricias; las tardes de febrero, las mañanas de abril, y sobretodo las noches de julio, cuando millones de estrellas me guiñan el ojo desde su cielo personal y la hierba acaricia mi piel, esperando ser correspondida.

Y… ¿sabes qué? Habrá un momento en el que las hojas danzarán por el aire mecidas al compás de una silenciosa melodía, y entonces, sólo entonces, te preguntarás quien soy realmente, y la brisa de primavera te susurrará al oído que fui un alma perdida a la que el viento arrastró...

Aileen