Mucho se ha oído hablar de esta joya literaria, sin duda una de las más conocidas de William Shakespeare (1564-1616) y uno de los libros con más adaptaciones y traducciones de todo el mundo. Toda la faz de la tierra sabe lo que les ocurrió a esta pareja de enamorados, pero poca gente sabe lo que hay Más Allá de las Palabras y de los ríos de tinta derramados por un joven escritor del siglo XVI, quien estrenó esta maravillosa obra en 1595 para la compañía de Lord Chamberlain’s Men en The Theatre (teatro situado en Shoreditch, a las afueras de Londres, actualmente el moderno barrio de Hackney).
Romeo y Julieta alcanzó el éxito inmediato, dado que era la primera vez que se utilizaba el amor como tema central en una tragedia. Hasta entonces, las tragedias solían tratar de temas históricos, bien de la Antigüedad clásica, o bien de la historia reciente de Inglaterra. Julio César, Ricardo III o Enrique V, del propio Shakespeare, son buenos ejemplos de ello. Por aquel entonces, el concepto de Obra Original no tenía la importancia que le conferimos hoy en día; en realidad era habitual reinterpretar hechos históricos, obras anteriores, composiciones procedentes de la tradición italiana… Éste es el caso de Romeo y Julieta, una tragedia que remonta sus orígenes hasta la antigüedad clásica, incluso los nombres de las familias “Montecchi e Cappelletti” aparecen en el canto VI del “Purgatorio” de la Divina Comedia, de Dante Alighieri. La tragedia de los amores adolescentes enfrentados por sus familias constituyó un tema bastante popular en toda la literatura italiana y europea por aquel entonces. Obras como Castelvinos y Monteses, de Lope de Vega, o Los Bandos de Verona, de Rojas Zorrilla, son ejemplos españoles de ello.
Sin embargo, Shakespeare supo convertir a sus personajes en prototipos, Romeo y Julieta no son ninguna excepción. De todas las versiones existentes sobre esta historia, la de Shakespeare es la más difícil de traducir, debido a la enorme riqueza de su lenguaje, la que eleva a sus personajes a la calidad de símbolos del amor juvenil, en definitiva, la más genial. Se trata, pues, de la primera obra maestra de Shakespeare y el primer triunfo sobre su gran rival de la época, Christopher Marlowe.
A lo largo de la obra, los personajes expresan de diferentes formas el amor. Por una parte está el amor tan “cortés” del que hace gala Romeo antes de conocer a Julieta, habla con su primo sobre el amor idealizado, inalcanzable, que parece más artificial que real. Incluso el lenguaje de Romeo al principio de la obra resulta más recargado y artificioso que al final de la obra, cuando habla con el alma al descubierto. Por otra parte, los criados ofrecen una visión del amor más obscena, donde el amor se interpreta como mero impulso material, con juegos de palabras de claro contenido sexual. Ninguno de ellos ve al amado como aquel a quien uno se entrega de forma incondicional, como complemento del “yo”, aquello sin lo que podemos vivir.
Pero Romeo y Julieta se enfrentan a un sentimiento arrasador, acompañado de una entrega absoluta que les absorbe por completo, frente a la vulgaridad de algunos personajes, las conveniencias sociales y el desconocimiento de los adultos, los jóvenes se encuentran en un espacio en el que la vida solo tiene sentido si existen el uno para el otro. Es un amor tan intenso que prevalece sobre el destino, las disputas familiares e incluso, sobre la muerte. Es, al mismo tiempo, fugaz como una chispa y eterno como los astros.
Por otra parte, Shakespeare nos va diciendo poco a poco, mediante indirectas, que la muerte al final será la única salida, la terrible paradoja del amor; la muerte supone el final irreversible pero, al mismo tiempo, es la única forma de perpetuar un amor que cada vez tiene más dificultades por subsistir.
Las dos familias, Capuleto y Montesco, llegan a tal grado de enfrentamiento que se extiende a sirvientes y allegados, pese a que en ningún momento se menciona la causa de su enfrentamiento, lo que lo hace más indiscutible aún.
La estructura social refleja la asombrosa simetría de la obra, que se muestra en el orden de aparición de los personajes al principio de la obra, que perfectamente podría dibujar una pirámide social, de menor rango a mayor:
Criados de los Capuleto y Montesco
Teobaldo y Benvolio
Montesco y Capuleto con sus respectivas esposas
Principe Della Scalla
Principe Della Scalla
En cuanto a estructura, los dos primeros actos son casi de “comedia romántica”, pero la muerte de Teobaldo y Mercucio (Acto III), hace tomar un tono más serio a la obra.
Finalmente, a partir de los actos IV y V, los acontecimientos se desarrollan con extraordinaria rapidez, lo que aumenta el tono trágico de la obra, no hay que olvidar que toda la trama transcurre en tan solo cuatro o cinco días. Los padres de ambos ponen fin a sus discusiones cuando nada pueden hacer sino llorar la muerte de sus hijos.
Ahora analizaremos el comportamiento y la personalidad de los protagonistas.
Romeo: Al inicio de la obra es un joven melancólico cuyo amor por Rosalina es muy poco convincente, cuando no falso, como demuestra en el acto I, escena I con esta sucesión de antítesis:
“¡Ay, amor combativo! ¡Ay, odio amoroso! ¡Ay, todo creado de la nada! ¡Ay, pesada levedad, seria vanidad, caos deforme de figuras bellas, pluma de acero, humo brillante, fuego helado, salud enfermiza, sueño despierto que no es lo que es!”
Pero sus sentimientos irán evolucionando hasta la sinceridad, desde el deseo del amor hasta la auténtica pasión.
Romeo es ingenioso, ocurrente, impetuoso, lo que le permite enamorarse y entregarse a Julieta y a tomar decisiones arriesgadas, como beber el veneno al oír que Julieta había muerto sin haberlo comprobado por sí mismo.
Julieta: Al contrario que Romeo, es de carácter fuerte, determinado y con las ideas muy claras, más propias del modelo masculino de la época. De hecho es interesante analizar la forma de morir que elige cada uno. Romeo ingiere un veneno, una muerte suave y cobarde. En cambio Julieta se atraviesa el corazón con una daga, lo que demuestra una brutalidad y violencia contra sí misma que resulta sobrecogedora, pese a su juventud, no olvidemos que ni siquiera ha cumplido aún los catorce años. Julieta es una muchacha que en ningún momento se engaña con sus sentimientos. Ella también muestra una evolución: al principio acata el casarse con el conde Paris, solo porque es la voluntad de sus padres, se muestra sumisa, pero después de la muerte de su primo empieza a mostrar una actitud rebelde, por lo tanto, la muchacha inocente da paso a una mujer leal y valiente, constituyendo uno de los mejores retratos femeninos de la obra de William Shakespeare.
Es una historia muy bonita, un clásico que no debe de faltar en nuestra estantería y solo os recomiendo que lo cojáis con una buena edición, porque si no, puede resultar bastante pesado. No es un libro muy grueso, pero dentro de lo finito que es puede resultar pesado, pero vamos, más pesado que una vaca en brazos. Además, con estas pequeñas aclaraciones que he hecho seguro que lo entendéis algo mejor.
Ithilwen <3
PD: Muchos de los datos de la reseña están sacados de la edición de Romeo y Julieta con la editorial Teide.
Toma ya! Menuda entrada más currada. Me la he leído todita, y de verdad, no conocía ni la mitad de estos datos. La obra a mí personalmente no me gustó, pero no puedo negar que tantos siglos de historia no se pueden borrar de un plumazo.
ResponderEliminarIthilwen, enhorabuena! :D
¿Editorial Teide?? Eres de Tenerife?? :D
Un beso enorme :3
-Da-
Ah! por cierto, ya os afilié! ;)
Muchas gracias ^^
ResponderEliminary no, soy de Madrid (:
Un Beso!
editorial teide kieres por fabor poner el resumen del libro romeo y julieta si,si ese de la tapa roja por faborrrrr.....
ResponderEliminarMUCHAS GRACIASSS
... xfa GRAZIAZZZZ
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